La Agencia Espacial Europea (ESA) simula qué pasaría si se diera una supertormenta solar: "No existen buenas soluciones"

La Agencia Espacial Europea (ESA) ha simulado qué pasaría si se diera una supertormenta solar, similar al evento Carrington de 1859 (la tormenta geomagnética más potente jamás registrada) y qué implicaciones tendría en los satélites, tecnologías e infraestructuras existentes: "Si ocurriera un evento de este tipo, no existen buenas soluciones. El objetivo sería mantener el satélite a salvo y limitar los daños en la medida de lo posible", afirma Thomas Ormston, subdirector de operaciones de la nave espacial Sentinel-1D de la ESA.
La prueba se ha llevado a cabo en el centro de control de misiones de Darmstadt (Alemania) y además de tratar de calcular las implicaciones que tendría el suceso, se ha realizado la prueba justo antes del lanzamiento de la próxima misión, Sentinel-1D, que se realizará este mes de noviembre.
Según la simulación de la ESA, en el caso de darse una supertormenta solar, nos veríamos frente a tres amenazas principales: una llamarada solar; una lluvia de protones, electrones y partículas; y una eyección de masa coronal:
- Llamarada solar de clase X: la radiación alcanzaría la Tierra en apenas 8 minutos, deteniendo todo tipo de comunicaciones, radares y sistemas de seguimiento.
- Lluvia de protones, electrones y partículas alfa: impactarían contra las naves espaciales de la órbita, lo que provocaría lecturas erróneas, datos dañados y errores en el hardware.
- Eyección de masa coronal (EMA): a las 15 horas, la eyección de masa impactaría contra el campo magnético terrestre, haciendo que la atmósfera se expanda y desviando los satélites de sus órbitas, lo que provocaría colisiones e incluso el fin de su vida útil.
Además, sobre el terreno se sobrecargarían las redes eléctricas y los oleoductos: "El inmenso flujo de energía expulsado por el sol podría dañar todos nuestros satélites en órbita. Los satélites en órbita terrestre baja suelen estar mejor protegidos por nuestra atmósfera y nuestro campo magnético frente a los peligros espaciales, pero una explosión de la magnitud del evento Carrington no dejaría a ninguna nave espacial a salvo", comenta Jorge Amaya, coordinación de modelización del clima espacial de la ESA.
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